Por: Carlos Jaime Fajardo
El Banco Mundial, BM, organismo internacional que vela por el sostenimiento del orden neoliberal, ha venido desarrollando una serie de investigaciones en las instituciones educativas de diferentes países del mundo, entre ellos Irlanda, México, Ecuador y África, con el fin de medir el tiempo de instrucción en las aulas.
Ahora le toca el turno a Colombia, investigación que se iniciará a partir del mes de julio en casi todo el país, concentrando gran parte de la observación en Medellín, para lo que ya han instruido a una serie de profesionales quienes realizarán encuestas instantáneas para medir dicho tiempo.
Se pretende medir catorce actividades que realiza el docente en el aula, entre ellas: lectura en voz alta, exposición y demostración, preguntas y respuestas en debate, memorización, tareas, trabajo individual y ejercicios, copiar, instrucción verbal, interacción social, alumno no involucrado, disciplina, administración de clase, docente involucrado, docente fuera del aula.
De las anteriores actividades se consideran que el docente no está cumpliendo con su papel cuando realiza interacción social, docente no involucrado y docente fuera del aula, restringiendo el aprendizaje a lectura en voz alta, exposición o demostración, preguntas y respuestas en debate, prácticas de memorización y las tareas de trabajo individual.
Todo lo anterior dentro de lo que se llama calidad de la educación, que no es otra cosa que buscar controlar y restringir la autonomía que aún se tiene en las aulas de clase, llevando los conceptos empresariales a los colegios, como si se tratara de la producción de mercancías y no la formación de seres humanos.
Pero tales pretensiones no son ajenas a las políticas del gobierno nacional, pues en su plan de desarrollo estipula: “se implementarán alternativas de acompañamiento y control que aseguren el cumplimiento del calendario escolar y de la jornada laboral de los docentes para lograr una mejor utilización del tiempo de clases”.
Sin duda, la famosa calidad va ha recaer sobre los docentes a quien se le obligará a retomar los antaños parceladores, sólo que esta vez virtuales y con parámetros empresariales, dejando de lado el numero de estudiantes por aula, el material didáctico, los contenidos, la nutrición de los estudiantes, la capacitación docente, el bienestar estudiantil, entre otras condiciones necesarias para la calidad educativa.
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