Por: Carlos Jaime
Fajardo
27 de Mayo de 2012
Además
de las acciones ilegales de paramilitares y narcotraficantes que han expropiado a campesinos de sus
tierras y las riquezas mineras a la nación, en Colombia también se despojan de
manera legal los recursos, los derechos y saberes del pueblo, ya que los gobiernos junto a los congresistas avalados por las
Cortes, han venido sancionando una serie de leyes y normas para garantizarlo,
mientras nos entretienen con escándalos políticos, conciertos, realities y
promesas.
Despojo
de vida digna: en cuanto a las pensiones por medio de la Ley 100, la Ley 789 de
2002 y la Ley 812 de 2003, pasamos de cotizar 20 a 25 años, se bajó el
porcentaje de lo devengado como pensión y este próximo 20 de julio se presentará
otro proyecto de ley para ampliar la edad y las semanas cotizadas, dejándonos
como única posibilidad ingresar al programa de “abuelitos en acción”; tampoco
hay estabilidad laboral, con los contratos actuales, por ejemplo, los de
prestación de servicio, OPS, el trabajador asume el pago de salud y pensión y
paga el 11% de impuestos quedando sin trabajo en cualquier momento; con la Ley 100 y sus posteriores reformas, el
derecho a la salud lo perdimos, viviendo cada día una pésima atención.
Despojo
de recursos naturales: Desde el año 2001 la Ley 681 declaró de acceso abierto a terceros el sistema de
transporte de poliductos propiedad de ECOPETROL, luego se aprobó su
privatización en un 20%, entregando en concesión este recurso a multinacionales
por medio de la ley de hidrocarburos; en
el 2005 se sancionó la ley del agua pasando de ser un bien público a un bien
estatal, para entregarla hasta por cien años a multinacionales como sucede con
las hidroeléctricas, similar pasa con la
ley de páramos y la
forestal; el código minero fue
reformado para apropiarse del subsuelo,
de ahí que en diferentes territorios de comunidades indígenas y afro, pueden
incursionar con facilidad monopolios mineros y petroleros, incluso se crearon
los batallones energéticos para garantizarlo.
Despojo
de libertades políticas: con la ley de seguridad ciudadana, se ha limitado el
derecho a las protestas, ya que se sanciona con cárcel a quienes bloqueen las
vías; se ha perdido libertad sindical por medio del reciente decreto 1092, restringiendo
el fuero sindical únicamente a tiempos de negociación y estas sólo pueden darse
en lo salarial y no en las prestaciones sociales, entre muchas otros casos.
Despojo
cultural: la Ley Lleras de este año, con la que se restringe el acceso a la producción
de Internet, con el propósito de beneficiar a los monopolios de la industria cultural
del cine, la música y la literatura, se pretende negarnos el acceso a la
información; con las normas de patentes establecidas en los TLC, se ha venido expropiando
a las comunidades de sus saberes tradicionales; con la propuesta de reformar la
Ley 30 de educación superior y las políticas en bachillerato de formar en
competencias, principalmente laborales para generar capital humano, se busca despojarnos
de la posibilidad de tener una visión
amplia y crítica del mundo.
Pueden
mencionarse muchas otras normas que han venido
legalizando este cínico despojo,
que expresan cómo el actual Estado por medio de los tres poderes públicos, no
defienden la nación ni nuestros derechos,
pues cada día están mas arrodillados y aliados con multinacionales, banqueros
internacionales y grandes potencias. Por tanto, nos corresponde despojarnos de
la indiferencia, el conformismo y del temor, para defender nuestros derechos.