Revista Viento del Sur
Se llama camaleones a un tipo de lagartos que son famosos por su capacidad de cambiar de color de acuerdo a las circunstancias para engañar, situación que hoy viene presentándose en diferentes ámbitos de la vida económica, política y militar del país.
En primer lugar, vale mencionar a la multinacional Greystar de capital canadiense, quien ahora se llama Ecogold y está dirigida por un colombiano, para parecer ecológica y no extranjera, con lo cual busca engañar y evitar el rechazo que las comunidades de los santanderes tiene de esta, para explotar y destruir el páramo de Santurbán, por medio de la construcción de socavones para extraer oro.
En segundo lugar, el nombre asumido y dado a los paramilitares como BACRIM, para MOSTRAR a estos grupos como únicamente delincuentes escondiendo su enfoque antidemocrático y sus nexos con las fuerzas del Estado, buscando con esto evitar ASUMMIR RESPONSABILIDADES ante los asesinatos y amenazas que siguen cometiendo en diferentes partes del país contra artistas, periodistas y líderes sociales.
En tercer lugar el actual gobierno que busca presentarse democrático, como sucedió, entre otros casos, con el retiro del artículo de la reforma educativa sobre las universidades públicas, dizque por respetar la opinión de los partidos políticos, escondiendo que la esencia neoliberal de la reforma se mantiene, haciendo que la educación se mercantilice aún más.
En cuarto lugar, todos aquellos candidatos a las próximas elecciones, que cuando han estado en el poder, sólo han pensado en ellos, ahora se presentan como defensores del bien común, para engañar a sus votantes el próximo 30 de octubre.
En quinto lugar, aquellos con ropaje de dirigentes sindicales y populares, que aún se presentan como tales, pero que están dentro de las políticas del gobierno santista, con el único fin de coptar y destruir parte de la oposición, para obtener cargos burocráticos o beneficios propios.
Pueden mencionarse sin duda muchos otros casos, de camaleonismo colombiano, por parte de los sectores dominantes y retardatarios del país, con el único fin de seguir engañando al pueblo colombiano, por ende se requiere mantener viva la malicia indígena ante tanta hipocresía y chapulanezca astucia.