Por: Carlos Jaime Fajardo
Revista Viento del Sur
Revista Viento del Sur
10 de diciembre de 2010.
La naturaleza tiene su propio proceso de movimiento, particularmente el planeta tierra, que se expresa en los llamados fenómenos naturales, como son los terremotos, erupciones volcánicas, inundaciones, tsunamis, huracanes, etc., que en momentos específicos se intensifican y se juntan varios de estos, que en ocasiones son acelerados por la contaminación de las grandes industrias como sucede con el calentamiento global, pero ello no debe llevarnos a escepticismo, sino que nos exige como seres humanos conocerla, para evitar altos impactos sociales.
¿Es posible conocer el proceso de dichos fenómenos naturales?, por lo menos algunos de ellos se han logrado, por ejemplo los mayas conocieron los ciclos cortos y largos del movimiento de la galaxia, los campesinos hasta hace pocas décadas por medio de las cabañuelas, predecían la temporada de lluvia o sequía del próximo año, la tecnología moderna permite predecir el clima y las erupciones volcánicas. Incluso desde el sentido común es predecible donde se pueden inundar barrios, debido a las posiciones geográficas, prever donde se pueden presentar temblores o terremotos, por que se sabe donde están las fallas geológicas, saber donde hay barrios con riesgo de deslizamiento, etc.
¿Entonces por qué ocurren los desastres?, será culpa de la naturaleza?, pienso que no, por ejemplo en el caso de Armero, el gobierno de Belisario estaba alertado del riesgo, en el caso del barrio La Gabriela en Bello, se había hecho la denuncia respectiva por Teleantioquia. Entonces ¿qué pasa con los gobernantes?.
Adicionalmente, llama la atención, cómo en barrios de los estratos altos no suceden desastres por el invierno, por ejemplo en Bogotá no se ha deslizado Cedritos o el Chicó, en Medellín no se ha deslizado el Poblado, por citar algunos casos, en cambio si han ocurrido desastres en barrios de estratos bajos; al respecto algunos altos funcionarios dicen que es culpa de la gente por vivir en zonas de alto riesgo, ¿pero por qué tienen que vivir estas personas en dichas zonas?, porque no hay donde más, muchos de ellos han sido desplazados, otros engañados por urbanizadores piratas, incluso por legales, que construyen sin estudios técnicos sólidos.
En el caso del sector rural, pensemos por un momento que INGEOMINAS es desmontado como se ha hecho con varias entidades, ¿qué pasaría con el seguimiento que se le hace al volcán Galeras?, sin duda quedaríamos a la deriva de la naturaleza; de igual manera sucedió con el desmonte del HIMAT, que era el instituto de adecuación de tierras, encargado de dragar canales y ríos para evitar inundaciones, por ejemplo en el Valle de Sibundoy en el Putumayo, se produjeron inundaciones en años pasados, por causa de que dicho instituto se reestructuró. Hoy cuantas veredas están con las carreteras llenas de derrumbes, sin poder comunicarse, y sin una institución encargada de las llamadas carreteras terciarias, como lo era antes Caminos Vecinales, pero también el modelo neoliberal la desmontó.
De lo anterior concluyo, que en el caso de las ciudades, si se adelanta una reforma urbana, que permita que las mejores tierras, aptas para construir viviendas, que hoy están en manos de valorizadores, se confisquen, sin duda muchas familias no habitarían en zonas de riesgo, incluso si a muchas de esas familias, por medio de una verdadera reforma agraria se les entregara tierra en el campo, no vivirían en barrios vulnerables. De igual manera si existieran instituciones encargadas de mitigar los efectos de la naturaleza, con gobiernos oportunos que piensen mas en las personas que en los costos, disminuirían los desastres, por tanto considero que lo que está pasando con la actual ola invernal, es fruto principalmente del modelo social y no por culpa de la naturaleza.
La naturaleza tiene su propio proceso de movimiento, particularmente el planeta tierra, que se expresa en los llamados fenómenos naturales, como son los terremotos, erupciones volcánicas, inundaciones, tsunamis, huracanes, etc., que en momentos específicos se intensifican y se juntan varios de estos, que en ocasiones son acelerados por la contaminación de las grandes industrias como sucede con el calentamiento global, pero ello no debe llevarnos a escepticismo, sino que nos exige como seres humanos conocerla, para evitar altos impactos sociales.
¿Es posible conocer el proceso de dichos fenómenos naturales?, por lo menos algunos de ellos se han logrado, por ejemplo los mayas conocieron los ciclos cortos y largos del movimiento de la galaxia, los campesinos hasta hace pocas décadas por medio de las cabañuelas, predecían la temporada de lluvia o sequía del próximo año, la tecnología moderna permite predecir el clima y las erupciones volcánicas. Incluso desde el sentido común es predecible donde se pueden inundar barrios, debido a las posiciones geográficas, prever donde se pueden presentar temblores o terremotos, por que se sabe donde están las fallas geológicas, saber donde hay barrios con riesgo de deslizamiento, etc.
¿Entonces por qué ocurren los desastres?, será culpa de la naturaleza?, pienso que no, por ejemplo en el caso de Armero, el gobierno de Belisario estaba alertado del riesgo, en el caso del barrio La Gabriela en Bello, se había hecho la denuncia respectiva por Teleantioquia. Entonces ¿qué pasa con los gobernantes?.
Adicionalmente, llama la atención, cómo en barrios de los estratos altos no suceden desastres por el invierno, por ejemplo en Bogotá no se ha deslizado Cedritos o el Chicó, en Medellín no se ha deslizado el Poblado, por citar algunos casos, en cambio si han ocurrido desastres en barrios de estratos bajos; al respecto algunos altos funcionarios dicen que es culpa de la gente por vivir en zonas de alto riesgo, ¿pero por qué tienen que vivir estas personas en dichas zonas?, porque no hay donde más, muchos de ellos han sido desplazados, otros engañados por urbanizadores piratas, incluso por legales, que construyen sin estudios técnicos sólidos.
En el caso del sector rural, pensemos por un momento que INGEOMINAS es desmontado como se ha hecho con varias entidades, ¿qué pasaría con el seguimiento que se le hace al volcán Galeras?, sin duda quedaríamos a la deriva de la naturaleza; de igual manera sucedió con el desmonte del HIMAT, que era el instituto de adecuación de tierras, encargado de dragar canales y ríos para evitar inundaciones, por ejemplo en el Valle de Sibundoy en el Putumayo, se produjeron inundaciones en años pasados, por causa de que dicho instituto se reestructuró. Hoy cuantas veredas están con las carreteras llenas de derrumbes, sin poder comunicarse, y sin una institución encargada de las llamadas carreteras terciarias, como lo era antes Caminos Vecinales, pero también el modelo neoliberal la desmontó.
De lo anterior concluyo, que en el caso de las ciudades, si se adelanta una reforma urbana, que permita que las mejores tierras, aptas para construir viviendas, que hoy están en manos de valorizadores, se confisquen, sin duda muchas familias no habitarían en zonas de riesgo, incluso si a muchas de esas familias, por medio de una verdadera reforma agraria se les entregara tierra en el campo, no vivirían en barrios vulnerables. De igual manera si existieran instituciones encargadas de mitigar los efectos de la naturaleza, con gobiernos oportunos que piensen mas en las personas que en los costos, disminuirían los desastres, por tanto considero que lo que está pasando con la actual ola invernal, es fruto principalmente del modelo social y no por culpa de la naturaleza.